Puestos en marcha en Níger en 2012, los SIFA ofrecen formación en agroecología adaptada a los contextos locales. Estos programas capacitan a los agricultores para que adopten prácticas sostenibles como el manejo integrado de plagas, el enriquecimiento orgánico del suelo y la diversificación de cultivos. Al combinar los conocimientos tradicionales con técnicas modernas, los SIFA contribuyen a reducir la dependencia de insumos químicos costosos, y al mismo tiempo mejoran la productividad y restauran los ecosistemas degradados.
Los SIFA van más allá de la agricultura: convierten a los agricultores en emprendedores. A través de talleres prácticos, parcelas de demostración y formación orientada al mercado, los participantes adquieren tanto habilidades técnicas como empresariales. Entre ellas se incluyen el procesamiento de productos agrícolas, el desarrollo de cooperativas y el conocimiento sobre la integración a la cadena de valor, lo que permite a los agricultores diversificar sus fuentes de ingresos y tener acceso a nuevas oportunidades económicas.
Hasta la fecha, los SIFA han formado a más de 22 700 personas, entre ellas 13 891 mujeres. Este enfoque fomenta la resiliencia de las comunidades rurales, promoviendo la autosuficiencia y la acción colectiva. Los agricultores reportan que tienen mayores ingresos, suelos más sanos y un mejor acceso a los mercados, lo que transforma la agricultura en un sector rentable y sostenible.
Los SIFA son más que simples centros de formación: son sitios de innovación para la agricultura sostenible y el crecimiento económico. Institucionalizados en Níger y replicados en Malí y Senegal, estos programas sirven como modelo para la expansión regional. Demuestran cómo la agricultura puede abordar simultáneamente los desafíos ambientales y económicos combinando principios agroecológicos con la relevancia del mercado. Al dotar a los jóvenes de las habilidades y oportunidades necesarias para crear empresas agrícolas rentables, los SIFA transforman la agricultura en una opción profesional atractiva, lo que reduce el éxodo rural y fortalece las economías locales.
Los agricultores que reciben formación en los SIFA no solo aumentan su productividad, sino que también se convierten en actores clave de la resiliencia climática. Al adoptar prácticas sostenibles que mejoran la captación de carbono y reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, estos agricultores restauran activamente el medio ambiente, al mismo tiempo que fortalecen sus fuentes de sustento.
Los SIFA son un ejemplo de cómo la agricultura sostenible, incluso en contextos frágiles, puede liberar el potencial económico y garantizar un futuro más verde y próspero para África Occidental.