Mejoramos la calidad educativa a través de Empodera.

Esto se logró a través de la  implementación del Componente de formación técnica e inserción laboral, permitiendo a las personas beneficiarias acceder a una formación técnica, a empleos dignos y generar ingresos que se ajusten a las demandas del mercado laboral.

Estrategia

El grupo destinatario del Proyecto está compuesto por jóvenes, tanto hombres como mujeres indígenas, con edades comprendidas entre los 15 a 35 años, además de mujeres de 35 años en adelante con un énfasis particular en población indígena. El acceso al mercado laboral para estos grupos demográficos está estrechamente relacionado con su nivel de educación alcanzado. A menudo, las mujeres adultas se limitan a empleos informales y actividades productivas desde sus hogares como la producción de plantas, hortalizas, textiles y aves, lo que resulta en ingresos bajos e inestables. 

Para mejorar la calidad de la formación técnica en el departamento y aumentar la empleabilidad de jóvenes y mujeres, se llevaron a cabo acciones clave como: 

  • La actualización de planes formativos (Curriculas de estudio)
  • Promoción de la formación técnica profesional.
  • La transformación de los ambientes de aprendizaje.

Estas iniciativas se llevaron a cabo en colaboración con socios estratégicos tanto públicos como privados en los municipios de intervención. Estos incluyeron instituciones educativas como el Centro Don Bosco, FUNDEMI Talita Kumi, Liceo Preuniversitario del Norte, Colegio Tecnológico en Informática, Instituto técnico de capacitación y productividad -INTECAP-, Academia culinaria San Sebastián, Colegio Imperial, Instituto Técnico en Recursos Naturales, Dirección General de Educación Extraescolar -DIGEEX, INED Artes y Oficios San Cristóbal Verapaz, Centro Educativo Jack and Marie Eting y FEDECOVERA R.L. 

Las áreas técnicas priorizadas abarcaron desde la mecánica automotriz, mecánica de motos, electricidad básica, electrónica, técnico en redes de área local, ejecutivo de ventas, mecánica diesel, reparador de celulares, encargado de producción porcina (crianza de cerdos), criador de aves, soldadura, área agrícola como productor de hortalizas, operador forestal, área de manipulación de alimentos, panadería, cocinero de comida rápida, preparador de bebidas, preparador de postres, barista, parrillero, catering, guía de turismo local, confeccionista, tejedor artesanal, guía de turismo local, confeccionista, reparación de máquinas de coser, maestro de obras, albañilería y ejecutor de construcción de vivienda popular; abriendo oportunidades de formación y empleo cubriendo así una amplia gama de sectores. 

Los resultados de esta intervención fueron notables con la formación de 1,302 jóvenes, de los cuales el 49 % fueron mujeres y el 51 % hombres, algunos de ellos y ellas, quienes se capacitaron han emprendido algún negocio o han encontrado un empleo en las empresas locales. 

Estos logros se sustentan en estudios de seguimiento que reflejan el impacto positivo del Proyecto. Como parte de este proceso, se buscó sistematizar la experiencia de la mejora de la calidad educativa en Alta Verapaz, compartiendo conocimientos y aprendizajes significativos obtenidos a través de la estrategia del Componente I, de Formación Técnica Profesional e Inserción Laboral. Además, se analizaron los aspectos a mejorar, reflexionando sobre el porqué y para qué de la estrategia implementada.  

 

"logramos mucho"

"la capacitación en barismo profesional, contribuyó en mi formación a nivel profesional, nunca tuvimos un curso así en Alta Verapaz, teniendo durante tanto tiempo el café como uno de los principales cultivos en la región, Empodera cambio la vida de muchas personas y logramos mucho"

 

Beneficiaria del proyecto.

Enfoque Integral

La intervención del Proyecto Empodera articuló diversas estrategias para lograr un enfoque integral y sistémico basado en la inclusión, para mejorar la calidad educativa de centros de formación técnica que atienden jóvenes y mujeres en condiciones de vulnerabilidad del Departamento de Alta Verapaz. Tales estrategias cambiaron el rumbo de la formación técnica profesional, como lo son: la transformación de ambientes de aprendizaje, la mejora de currículas formativas, dotación de equipamiento y capacitación a instructores. 

Para vincular los procesos del Proyecto con el sector privado, sector público, sociedad civil y posicionarse con los centros de formación técnica, las acciones se orientaron a adecuar la oferta formativa a las características de la población, incorporar procesos formativos que se adaptaron a los cambios tecnológicos en el mercado laboral, así como la formación profesional bajo el enfoque de competencias. Esta estrategia se alineó con la visión de los objetivos de desarrollo sostenibles –ODS-7, en especial los siguientes: Educación de calidad, Igualdad de género, Trabajo decente y crecimiento económico, Reducción de las desigualdades.

Por ello se enfocaron los esfuerzos para empoderar económicamente a los beneficiarios mediante la adquisición de habilidades blandas y competencias técnicas demandadas por el mercado laboral, el acceso a empleos mejor remunerados o la capacidad de emprender, para optar a una mayor autonomía económica, lo que afectó positivamente la calidad de vida y bienestar en general de la población objetivo. Es importante desafiar y romper con los estereotipos de género, discapacidad,  condición de minoría lingüística, etnia, aislamiento geográfico, entre otros. Por lo que se alentó a las personas a elegir carreras basadas en sus intereses y habilidades en lugar de aceptar las expectativas sociales preestablecidas, con esta acción se contribuyó a una sociedad más inclusiva y justa.