¿Qué tienen en común el café y el oro? En el departamento de El Paraíso, Honduras, ambos productos están estrechamente vinculados a la historia de la comunidad de "Las Selvas".
A unos 90 kilómetros al suroeste de Tegucigalpa, Honduras, se ubica Danlí, un pueblo situado el departamento de El Paraíso. Después de un viaje difícil, con muchas curvas y vueltas a través de la jungla espesa, llegamos a la comunidad de Las Selvas: un lugar que no siempre ha sido conocido por sus plantaciones de café.
Karina Iveth Chacon trabaja como asesora técnica de PROGRESA, un proyecto implementado por Swisscontact y financiado por la Unión Europea. Un equipo de asesores técnicos brinda capacitación avanzada a gerentes y colectivos de agricultores sobre nuevos modelos de negocios con la finalidad de mejorar la competitividad y la sostenibilidad de las cadenas de valor del café, cacao y marañón. El proyecto pretende abordar los problemas de la pobreza y la inseguridad alimentaria que enfrentan los productores de las PYMEs y los trabajadores agrícolas.
Imagen: Karina Chacon y sus colegas capacitan a agricultores in-situ sobre cómo sembrar café.
Érase una vez un abuelo Emilio Chacon Osorio, oriundo de Danlí, quien le contó a su nietecita, Karina la historia de Las Selvas. El abuelo era oriundo de Danlí, departamento de El Paraíso: “Cuando yo era un muchacho había café y cacao, pero Las Selvas no existía. La gente venía a trabajar en las minas de oro en esta región. Yo también trabajé en las minas; era un trabajo difícil y sucio”.
Algunas de las minas más antiguas se ubicaban alrededor de Danlí, Tegucigalpa, Gracias y Santa Rosa. La primera vez que la minería de oro se tomó en serio, fue en 1509, cuando los conquistadores españoles colonizaron el área.
La minería del oro es un asunto complicado porque provoca muchos daños al medio ambiente. En primer lugar se dinamita la roca y se pulveriza; luego se filtra la piedra y se mezcla con una solución a base de cianuro que se deja reposando durante una semana y esta solución separa las pequeñas partículas de oro de la piedra. Se calcula que cada año se utilizan 182 mil toneladas de cianuro en las minas a nivel mundial. La minería moderna deja tras de si paisajes deserticos, así como problemas medio-ambientales y sociales a largo plazo.
En 1960 se cerraron muchas minas de oro en Honduras, incluyendo las de Danlí. Emilio Chacon Osorio y otros mineros como él, se encontraron sin sustento y no podían alimentar a sus familias. “El suelo es fértil”, pensó Emilio, “¿Qué podemos sembrar?” El abuelo era un hombre de acción y, en la profundidad de la jungla hondureña, fundó el poblado llamado Las Selvas. Los mineros que se quedaron sin trabajo y sus familias se establecieron allí y empezaron a sembrar café. Ahora podían cosechar lo que sembraban y conseguir ganancias con la venta de sus productos. Así se creó una nueva fuente de ingreso para la gente en los alrededores de El Paraíso
La nieta del “fundador del pueblo”, Karina, ahora sigue los pasos del abuelo. Junto con las cosechas de café en El Paraíso, donde las 51mil 200 hectáreas de plantaciones de café proveen el 20% de todas las cosechas en el área, las semillas de marañón y el cacao también ofrecen alternativas. Hay una demanda considerable para ambos cultivos tanto a nivel nacional como internacional. Esto significa que hay un potencial considerable para el desarrollo económico, ambiental y social en esta región del sur de Honduras.