El Emprendedor de Meanguera: Tony, de Migrante a Visionario del Éxito Local

Mejora y reconversión de competencias
Lucía Gorosito & Sara Lazo11.09.2023
En busca de un futuro mejor, muchos se aventuran al norte, vendiendo todo por un viaje incierto, a veces costando hasta 17.000 dólares, una odisea que algunos repiten. Tony no solo viajó físicamente, sino también en un viaje interior, demostrando que los sueños pueden hacerse realidad a pesar de obstáculos como detenciones y deportaciones. Su "Sueño Americano" ahora es un "Sueño Salvadoreño", impulsado por su deseo de quedarse, crecer y reinvertir en su país, colaborando con otros con metas similares. Su historia ejemplifica la determinación para forjar oportunidades en la región. 

En el remoto Meanguera de Morazán, El Salvador, un municipio con orígenes que se remontan a quienes huían para protegerse de ataques de piratas ingleses en el siglo XVIII, hoy habitan 8000 personas a 191 kilómetros de la capital. Sin embargo, este lugar, que una vez acogió, ahora es punto de partida para muchos. La falta de empleo, la inestabilidad laboral, la escasez de oportunidades y la búsqueda de una vida mejor en otros lugares impulsan esta migración. En este contexto, la historia de Tony destaca como ejemplo de que la determinación y la persistencia pueden convertir sueños en realidad y transformar vidas.

En el norte se cree que es posible encontrar un futuro prometedor y mucha gente vende o hipoteca todo lo que tiene para migrar, llegando a pagar hasta 17.000 dólares por un viaje que no asegura el éxito. Así es que muchas personas se embarcan, no una, ni dos, sino tres veces (y quién dice más) en esta travesía.

Tony Joel Solís Sánchez, como muchos jóvenes de su pueblo, hizo todo lo posible por encontrar empleo y trabajó por un salario muy bajo, incluso abandonando sus estudios debido a dificultades económicas. En 2009, motivado por la situación económica y, en parte también por una desilusión amorosa, emprendió su primera travesía hacia los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, enfrentando peligros y desafíos en tres intentos de cruzar la frontera.

Pero el viaje de Tony no fue solamente hacia el norte, sino también se trató de un viaje interior en donde la determinación y la búsqueda constante de algo mejor tomó protagonismo. Tony demostró cómo los sueños pueden convertirse en realidad y enriquecer vidas, a pesar de las detenciones y deportaciones. 

Un destino: el norte prometedor

1 vez: “Yo tengo una historia bien tremenda. La primera vez que me fui nos abandonaron en una milpa (plantación de maíz) allá en Villahermosa en México. Nos dejaron abandonados, nunca nos recogieron. Allí nos asaltaron: me pusieron un arma de fuego en el cuello. Estuvimos perdidos una noche y algo… Fue tremendo, así que me regresé. El coyote (nombre popular con el que se conoce a las personas que cruzan a migrantes en la frontera) me dijo: «no le vamos a regresar ni 1 USD a tu madre»"; , sin embargo, bajo una deuda de $10,000, le prometieron tres viajes a cuenta.

2 vez: “La segunda vez el coyote me dijo, «yo conozco otro camino, hoy sí vas a entrar» y me tiran por el desierto. ¡Fue tremendo! Me deshidraté mucho porque cuando ya estábamos cruzando para el otro lado (Estados Unidos) se nos acabó el agua”. Tras seis meses detenido, se propuso voluntario en el centro de detención por 1 USD diario por cocinar y limpiar pisos. Tony salió deportado para El Salvador.

3 vez: “La tercera vez, el coyote me dijo «hoy te vamos a pasar por el Río Bravo», allí si logramos pasar. Estuve 2 años y medio en Estados Unidos". Pero su destino le seguía marcando que ese no era el camino. Tras ser detenido en el transporte público y constatar que ya tenía “antecedentes migratorios” previos, se regresó a El Salvador firmando él mismo la orden de deportación.

Su historia como emprendedor migrante retornado destaca que el cambio positivo puede surgir de pequeñas empresas arraigadas en comunidades locales, desafiando la asociación común de éxito con grandes corporaciones y emprendedores famosos en el mundo actual.

Después de regresar a su país, Tony se enfrentó a una realidad desafiante, ya que la falta de oportunidades de empleo seguía prevaleciendo. Sin embargo, en medio de la adversidad, Tony no perdió la esperanza y canalizó su espíritu emprendedor desde una edad temprana, forjando su camino en el mundo de la cocina debido a las responsabilidades que asumió como hermano mayor. 

Aprendió a cocinar desde los 10 años mientras cuidaba de sus hermanos menores mientras su madre trabajaba incansablemente para mantener a la familia. Este impulso lo llevó a vislumbrar la oportunidad de crear un negocio de comidas basado en el pollo de la granja de su madre. A lo largo de los años, perseveró y logró hacer crecer Ton Pollo, finalmente legalizándolo en 2012. 

Pero esta historia recién acaba de comenzar. Un día recibió la llamada de un amigo que le contaba sobre una oportunidad: «Fíjate que va a haber un proyecto donde van a capacitar y van a certificar de lo que tú sabes de cocina». Ese era el programa Gene-Sis de Nuevas Oportunidades (NuOp) que junto al Centro de Desarrollo de Micro y Pequeñas Empresas (CDMYPE) y la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) apoyan a que las personas migrantes retornadas logren reintegrarse social y económicamente.

Fue entonces cuando se unió a un programa de emprendimiento y capacitación, que le brindó las herramientas necesarias para establecer y hacer crecer su negocio y hasta ser pionero en la zona en las entregas a domicilio. Aprendió a identificar a sus clientes, calcular costos y gastos, y buscar nuevas oportunidades de mercado. Con el tiempo, transformó su negocio de comida para llevar en un emprendimiento sostenible y exitoso. 

Cuando entré al proyecto NuOp me certifiqué”, recuerda Tony. Y es que obtener reconocimiento por la experiencia adquirida y los conocimientos previos es un gran paso para las personas que no tuvieron la oportunidad de estudiar en el sistema formal de educación y obtener un título. 

Hoy por hoy Tony se alegra de afirmar que su negocio es sostenible. 

»Considero que tengo todas las herramientas para desarrollar mi negocio. Lo que más me llevo de la experiencia de participar del proyecto y del programa de emprendimiento es reconocer bien el cliente, comprender qué es lo que vendemos y qué tan rentable somos. En tercer lugar, buscar nuevos mercados o nuevos productos«
Tony Joel Solís Sánchez

Nuevas Oportunidades para un nuevo camino

Haciendo honor a su nombre, el proyecto Gene-Sis de Nuevas Oportunidades (NuOp) viene desempeñando un papel clave apoyando el desarrollo empresarial de personas migrantes retornadas en El Salvador por medio de capacitaciones y apoyo emocional. El objetivo es acompañar a las personas retornadas a alcanzar una integración socioeconómica en la sociedad y apoyar el fortalecimiento de sus negocios.

Hoy, Ton Pollo emplea a tres personas locales y ha expandido su menú para satisfacer las demandas de sus clientes. Además de proporcionar un servicio esencial en la zona, el emprendedor también se ha convertido en un ejemplo para su comunidad al involucrarse en obras sociales.

El sueño de Tony que una vez fue "El Sueño Americano" es hoy el "Sueño Salvadoreño", impregnado de ímpetu por quedarse y expandirse, por invertir en su país natal y asociarse con otros como él. Su historia es un testimonio de la determinación y la voluntad de superar obstáculos para crear oportunidades y empleo en su región.

Puede parecer que la historia de Tony es surreal, sin embargo, los relatos de la migración son similares en la búsqueda de una vida mejor, de esperanza y de sueños. Las razones que hacen que una persona sea capaz de dejar atrás toda una vida no son fáciles; pero tampoco es fácil volver y plantarle cara a una realidad canija. Meanguera hizo honor a su pasado receptor de migrantes y en este caso Tony logró encontrar Nuevas Oportunidades.

El proyecto Géne-Sis de Nuevas Oportunidades (NuOp) está financiado por la Unión Europea e implementado por Swisscontact en El Salvador. 

El Salvador
Inserción en el mercado laboral, Ecosistemas de iniciativa empresarial , Mejora y reconversión de competencias, Migración
Gene-Sis: Generar nuevas oportunidades para las personas migrantes retornadas
El proyecto aborda una de las crisis humanitarias más apremiantes en Centroamérica. En 2018, 195 790 migrantes de los países del Triángulo Norte de América Central (NTCA) se vieron obligados a volver a sus países de origen, un aumento del 38.5% respecto del año anterior. Con la nueva política más estricta del gobierno de los Estados Unidos sobre migración ilegal, y la terminación del estado de protección temporal para 195 000 salvadoreños, se espera que este número aumente aún más en los próximos años. A esto se suma la reducción de remesas enviadas desde los Estados Unidos que son primordiales para la supervivencia de muchas familias de El Salvador dado que las oportunidades económicas en el país son limitadas. Además, la mayoría de las personas migrantes retornadas no disponen de una red de apoyo psicosocial ni económica al regresar y corren el riesgo de caer en actividades delictivas o intentar nuevamente emigrar.