En las montañas de El Paraíso, Honduras, las familias rurales no solo cultivan café, cacao o árboles. Hoy cultivan algo aún más importante: esperanza, conciencia ambiental y un futuro sostenible para todos.
Detrás de este cambio está el proyecto Paraíso Verde, una iniciativa que une a productores, técnicos, autoridades locales y organizaciones como Swisscontact, con el apoyo financiero de la Unión Europea a través de la estrategia Global Gateway.
La acción climática suele parecer lejana, difícil, ajena. Pero en El Paraíso, se volvió real. Gracias a tecnologías limpias y capacitación práctica, las comunidades rurales han logrado reducir su huella de carbono y mejorar su calidad de vida.
Estas son solo algunas de las soluciones que están haciendo la diferencia:
Gracias a las acciones de Swisscontact, sus socios ejecutores y al financiamiento de la Unión Europea a través de la estrategia Global Gateway, así como al compromiso activo de productores, técnicos y gobiernos locales, esta alianza ha transformado el paisaje productivo y ambiental de la región. A través de cadenas como el café, el cacao, la ganadería y los sistemas forestales, se han implementado modelos agrícolas sostenibles que benefician tanto al medio ambiente como a las comunidades.
Gracias a las acciones de Swisscontact, sus socios ejecutores y al financiamiento de la Unión Europea a través de la estrategia Global Gateway, así como al compromiso activo de productores, técnicos y gobiernos locales, esta alianza ha transformado el paisaje productivo y ambiental de la región. A través de cadenas como el café, el cacao, la ganadería y los sistemas forestales, se han implementado modelos agrícolas sostenibles que benefician tanto al medio ambiente como a las comunidades.
El trabajo no solo es tecnológico. Es también profundamente humano. Gracias al esfuerzo conjunto, se han sembrado más de 205,000 árboles y protegido 72,000 hectáreas de bosque, áreas clave para conservar la biodiversidad y las fuentes de agua.
El resultado: una captura estimada de 476,770 toneladas de CO₂ cada año, fruto de prácticas agroforestales sostenibles.
Paraíso Verde ha acompañado a más de 5,000 productores. Personas como Williams Romero, caficultor de la zona, han aprendido a producir de forma más limpia y resiliente.
“Con este sistema ECOPIL no usamos bolsas de polietileno, lo que es menos contaminante. La planta resiste todo el invierno. Como productores, debemos adaptarnos al cambio climático y buscar eficiencia en variedades y épocas de siembra”.
El impacto es claro: mejor calidad de vida, más salud, menos emisiones, y un entorno natural recuperado. Pero también algo más profundo: la sensación de que sí es posible vivir en equilibrio con la tierra.
Paraíso Verde demuestra que la acción local puede tener un impacto global. Y que, con conocimiento, tecnología y trabajo en equipo, cualquier comunidad puede ser parte de la solución climática. Hoy, El Paraíso nos recuerda que sembrar árboles también es sembrar futuro.