El aumento de la migración en América Latina ha alcanzado niveles críticos, impulsado por la violencia, pobreza y crisis políticas. Entre las personas migrantes y desplazadas, niñas y adolescentes representan el 20% de la movilidad femenina, según el PNUD (2020). Sin embargo, sus necesidades siguen siendo mayormente ignoradas.
Las niñas migrantes, especialmente las que viajan solas o con niños pequeños, enfrentan enormes peligros: explotación laboral, violencia sexual y trata de personas. Estas amenazas, combinadas con el temor a la deportación o separación familiar, limitan su acceso a servicios esenciales como salud y educación, dejándolas aún más expuestas, explica el Polity Brief de UNICEF y HIAS.
La gravedad del panorama, obliga a impulsar iniciativas en la región para proteger a las niñas migrantes y refugiadas. Tal es el Programa Regional de Protección y Migración (PRPM).
El Programa Regional de Protección y Migración desempeña un papel fundamental en el fortalecimiento de las medidas de protección humanitaria. Swisscontact contribuye a la generación de evidencia y recopilación de buenas prácticas para mejorar la atención a las personas en movilidad. Además, visibiliza los riesgos que enfrentan niñas y adolescentes migrantes y promueve el diálogo interinstitucional, así como políticas inclusivas que garantizan su seguridad y derechos.
En el marco del PRPM hemos identificado algunas buenas prácticas asociadas a solucionar esta problemática.
En Ecuador, el “Protocolo de Atención Integral para niñas, niños y adolescentes no nacionales en contexto de movilidad humana” (2022) establece directrices claras para garantizar el acceso a servicios de protección y ejercer plenamente sus derechos.
De manera similar, en Perú, la reciente aprobación del “Protocolo de las Unidades de Protección Especial” ha sido un avance crucial en la atención a menores migrantes en riesgo de desprotección familiar.
Por su parte, en Colombia y Venezuela, organizaciones como REACH están llevando a cabo evaluaciones para identificar el impacto de la migración en niñas y adolescentes venezolanas. Estas evaluaciones se realizan mediante consultas directas con las y los menores, lo que permite desarrollar estrategias más efectivas y adaptadas a sus realidades.
Aunque se han logrado avances importantes, la respuesta sigue siendo insuficiente. Es vital una acción coordinada entre países para garantizar la seguridad y derechos de las niñas migrantes.