Emprender significa desarrollar ideas que al principio pueden parecen descabelladas, implica ser valiente y animarse a correr riesgos. Para ello, se requiere una naturaleza creativa e innovadora que transforme una porción del mundo conocido; rompiendo los paradigmas que no permiten avanzar.
En este artículo de historias desde el terreno, presentamos cinco iniciativas de personas que decidieron liderar el cambio, buscando oportunidades y sobrepasando dificultades. Lo más destacado es que no son historias individuales, sino de compromiso con el medio ambiente, de inclusión social y de ruptura de estereotipos que aportan cambios positivos en sus entornos.
Las cinco personas emprendedoras, formaron parte del primer encuentro de emprendedores, “Pon en Marcha tus Ideas”, un programa de cuatro meses en donde tuvieron la oportunidad de desarrollar un modelo de negocio y acceder a capital semilla. Dicho programa fue impulsado por el proyecto Oportunidades Rurales en la región del Golfo de Fonseca al sur de Honduras.
“Ser mujer en una profesión mayoritariamente de hombres es difícil pero no imposible”, Keidy Calix, cofundadora de la empresa Segtec.
Keidy Calix y Yeny Godoy son las dueñas de Segtec, una empresa que ofrece servicios de venta, mantenimiento e instalación de cámaras de seguridad y de relojes de control de entrada por huella dactilar y reconocimiento facial. Dos mujeres que han sabido moverse en un mundo de hombres innovando con un servicio integral que no muchas empresas ofrecen en su ciudad natal, Choluteca, sur de Honduras.
Las socias llevan años de trayectoria en el mundo de la informática. Dos de ellas son ingenieras y trabajan también con una especialista en administración de empresas. Estas tres mujeres son quienes llevan adelante la empresa y fueron las que desarrollaron la aplicación que permite monitorizar desde cualquier lugar el servicio contratado. La clave, identificar un nicho de mercado no cubierto en su ciudad y ofrecer un servicio integral que cubre mantenimiento, asesoría de software y monitoreo contínuo.
“Observar las necesidades del mercado fue crucial para llegar a la idea de negocio; así como analizar la competencia. Nosotras vimos la oportunidad y nos lanzamos a ofrecer soluciones”, explica Keidy. “Queremos ser una empresa representativa en la zona sur y a nivel nacional”.
Wesley Mejía de Essentials Beauty and Clean: “Teníamos que pensar en algo innovador, tener una propuesta que tuviera un extra”.
Wesley Ahmed Mejía tiene 34 años y es docente. Su idea, Essentials Beauty and Clean”, responde a una necesidad sanitaria: prevenir la aparición de mosquitos; sobre todo los que traen enfermedades como el Dengue, Chikunguña y Zika. Uno de sus productos estrella es un desinfectante de suelos creado en base a un compuesto de hojas del árbol de Neem, conocido en la zona por sus propiedades medicinales.
explica Wesley. La búsqueda de un plus para su idea fue difícil, relata. “Teníamos que pensar en algo innovador, tener una propuesta que tuviera un extra. Estuve una semana maquinando qué hacer. De repente me vino a la mente una experiencia de trabajo de hace años en la Mosquitia (una zona remota del norte de Honduras) en la que hacíamos desinfectante casero”.
Las dos primeras semanas de su ingreso al programa, Wesley se encerró en su casa a idear fórmulas. “Todo es prueba y error”, comenta. En un momento recordó algo que le había dicho una amiga sobre las propiedades del árbol de Neem. “Ahí estaba la clave”, relata. “Crear un desinfectante doméstico que fuera accesible económicamente para la población y que además repeliera los mosquitos”.
Wesley ganó el capital semilla. Su idea caló en los jueces porque aporta una solución a una problemática concreta, es sostenible y su nivel de inversión es bajo. “Emprender no es fácil” Asegura, “ocupa responsabilidad, dedicación y tiempo, muchas personas, a veces, no quieren hacer eso”.
Así lo explica Chantal Flores, asesora de emprendimiento del proyecto Oportunidades Rurales, financiado por Asuntos Globales Canadá y ejecutado por Swisscontact. En el encuentro de emprendedores se presentaron 240 propuestas, de los cuales 120 pasaron a la segunda etapa para iniciar el periplo de hacer su sueño realidad.
Dicho encuentro se organizó juntamente con el Centro de Desarrollo Empresarial para la Micro Pequeña y Mediana Empresa del Golfo de Fonseca (CDE-MIPYME) que es un socio estratégico de Swisscontact para trabajar con las personas emprendedoras en el marco del proyecto Oportunidades Rurales. El CDE-MIPYME cuenta con 10 asesores especializados que hacen seguimiento constante de las personas emprendedoras.
“El compromiso es la base de todo emprendimiento”, afirma Chantal Flores. Pero a veces, aunque las personas tengan buenas ideas y pasión, existen dificultades externas que ponen trabas al desarrollo del emprendedor. “Es dura la realidad en algunas comunidades retiradas. Algo tan simple como que no salga un bus impidió que algunos emprendedores pudieran venir a defender su idea”, señala la especialista. Los emprendedores participantes se enfocaron en desarrollar un plan de vida, no sólo un emprendimiento. De hecho, aunque las ideas son de subsistencia; el objetivo es incorporar un valor agregado, saber ver una necesidad y lograr la sostenibilidad.
Magda Galo es la creadora de Reciclando por un Mundo Mejor: “me siento muy feliz por esta oportunidad, sobre todo porque con mi idea puedo lograr un cambio”.
En algunos lugares de Honduras no existe una gestión adecuada de los residuos. Magda Nohely Galo, es pintora y artesana, y siente un fuerte compromiso con el cuidado del medio ambiente. “Un día me puse a pensar en cómo podía ser útil para cuidar el planeta porque esta es la única casa que tenemos, y se me ocurrió crear un emprendimiento llamado Reciclando por un Mundo Mejor. A través de mis piezas, convierto los residuos en arte”. Todas las semanas, escuelas y vecinos separan papeles, plásticos y ropa para que Magda les dé una nueva vida.
La transformación que realiza Magda no solo pasa por sus manos; sino que ha calado en sus vecinos, empresas cercanas y conocidos, que ahora son más conscientes de que es posible darles nueva vida a los residuos. Magda cree que es su responsabilidad dejar un mundo mejor para las generaciones futuras. Sin local propio, trabaja en la sala de su casa y vende a domicilio sus artesanías. Marcos para espejos, lámparas, cuadros, souvenirs, adornos… todos realizados con materiales reciclados.
Con el capital semilla que ganó, piensa comprar una trituradora de papel y moldes de acero para crear más piezas. Su proyección es ampliar su cartera de clientes y ofrecer talleres a personas en riesgo social para que se orienten hacia el arte. “Mi visión es hacer de esto algo grande y crear fuentes de trabajo para que las personas tengan conciencia crítica y reflexiva sobre la problemática ambiental. Depende de nosotros si colaboramos para controlar el calentamiento global o para agudizarlo”.
“Me gustaría cambiar cómo vemos la discapacidad en nuestra ciudad, ser un camino para la inclusión a nivel educativo y laboral”, Esther Mariana García, Chiquiludos.
En un principio la idea de negocio de Esther García, Psicóloga y con un diplomado en educación especial, era ampliar sus actividades como terapeuta a sesiones de estimulación para niños y niñas con problemas de aprendizaje. Pero todo cambió cuando al realizar entrevistas de campo en el marco del programa de emprendedores, identificó la necesidad de otros profesionales de contar con material didáctico especializado.
Es justamente su compromiso de extender sus conocimientos y técnicas a otros ámbitos lo que la mueve a ampliar su idea de negocio para que más cantidad de niños y niñas tengan acceso a un aprendizaje integral. Remarca que muchos de sus pacientes vienen de familias con pocos recursos. Su técnica de trabajo lúdica permite complementar las sesiones en el consultorio con actividades en casa y que toda la familia se involucre.
“Como visión de futuro espero tener, además de mi consultorio, una tienda para vender materiales lúdicos y didácticos a otros profesionales y contratar a personas con discapacidad para que formen parte de la creación de los juegos. Me gustaría cambiar cómo vemos la discapacidad en nuestra ciudad, ser un camino para la inclusión a nivel educativo y laboral”, dice con una sonrisa.
Ana Lourdes Avendaño dueña de Maiori, delicias de queso: “la lucha por sobrevivir me hizo pensar en cómo entrar a competir en un mercado gastronómico tradicional”.
Maiori es el emprendimiento que permite a Ana Lourdes Avendaño salir adelante. Una idea tradicional que hoy surte más de 700 boquitas semanales a eventos, negocios y empresas. Todo es casero, a gusto del consumidor y con ingredientes de calidad; un producto gourmet que empezó sólo con queso y que hoy incorpora ingredientes como camarón, tocino, aceitunas, jalea jalapeña. “Fui innovando de a poco, cambiando la receta y vi que había aceptación. Sin tener conocimiento empresarial me di cuenta de que era importante crear un producto diferente a la competencia. Para que mi idea pudiera surgir tenía que hacer otra clase de receta”, relata.
Ana Lourdes antes sólo trabajaba un día a la semana, pero ahora amplió su producción de lunes a sábado. Se levanta todos los días a las dos de la mañana y comienza a hacer entregas a las ocho. No cuenta con vehículo por lo que se mueve en transporte público o en bicicleta. “Es una venta diaria para desayunos y almuerzos”, explica, “pero organizo mis clientes por sectores; si una semana le vendo a los bancos, la siguiente visito las cooperativas y así voy diversificando”.
“He iniciado con poco. Antes amasaba con una botella de vidrio; no tenía ni siquiera un bol. De a poco fui creciendo”, explica. Ana Lourdes cuida mucho a sus clientes, los mima con sabores nuevos y escuchando sus requerimientos. “A algunos les gusta el producto más tostado y a otros menos, yo los preparo según me digan”.
¿Qué va a hacer con el capital semilla?, le preguntamos. “Comprar una cocina industrial y producir más. Sueño con tener un local. Yo me terapeo sola”, dice entre risas, “pienso que, aunque con esfuerzo, todo es posible y que algún día va a llegar”, mientras sigue poniéndole amor a sus productos.
“Oportunidades de Mercados Rurales en el Golfo de Fonseca” es un proyecto financiado por el Gobierno de Canadá y ejecutado por Swisscontact que busca fortalecer las oportunidades de negocio de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME) agrícolas y no agrícolas para mejorar su habilidad de participar y obtener ganancias en los mercados.
El proyecto también fomenta un ambiente propicio para los negocios a nivel local que contribuya al éxito de las Mipymes en lograr resultados en el corto plazo, construyendo sostenibilidad a largo plazo.