Si bien la apicultura y sus derivados va ganando terreno en Centroamérica, sigue siendo necesario fomentar las buenas prácticas en la producción; algo que se convierte en un requisito fundamental a la hora de dar respuesta a las nuevas tendencias de consumo de los mercados internacionales.
En Nicaragua, por ejemplo, el sector apícola ha experimentado en los últimos años un crecimiento sostenido en el número de apicultores, unidades productivas, volumen de producción y exportación; una cadena de valor que venimos apoyando desde el 2016 por medio del proyecto binacional Focapis, con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo; y cuyos avances se deben, en gran medida, a los esfuerzos de instituciones públicas, gremios y organizaciones sectoriales.
Los ocho congresos realizados en todo el territorio nacional, en los que participaron 235 pequeños y medianos productores y productoras dan cuenta de la inversión en la mejora de la producción; así como del trabajo articulado de los sectores público y privado. De esta forma lo remarca Ana Cristina Miranda, responsable del área apícola del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA), quien asegura que “la alianza entre dicha institución y el proyecto FOCAPIS ha sido estratégica y necesaria debido al requerimiento de recursos técnicos y financieros para el fortalecimiento de los apicultores”.
Como resultado de esta coordinación, se creó el Registro Nacional de Apicultores (RENAPIN) que otorga un carné de identificación a las personas productoras de miel y que les permite acceder a fuentes de financiamiento, facilitar el proceso de movilización de colmenas, el monitoreo de plagas y enfermedades y la compra de insumos para el manejo de apiarios, entre otros; un gran avance en materia de trazabilidad que repercute en una mejor negociación con los compradores y, por ende, de apertura de mercados.
Para Swisscontact es pertinente apoyar al ente regulador nacional en materia de apicultura para que adquiera un rol como proveedor de servicios y asistencia técnica para el sector, generando cambios en el sistema de mercado; algo que permite evidenciar la complementariedad y sostenibilidad de las intervenciones desarrolladas por el proyecto en el ámbito productivo durante los últimos años; fortaleciendo además, las relaciones entre productores y aliados estratégicos y garantizando el proceso de atención y sostenibilidad una vez finalizado el proyecto.
En los congresos, el proyecto FOCAPIS presentó también resultados de avances, entre los que destacan la realización de 24 cursos de formación apícola, la formación de 638 productores certificados por El Tecnológico Nacional-INATEC; un programa de fortalecimiento a proveedores de equipos e indumentaria apícola y más de 1 300 apicultores registrados a nivel nacional en la base de datos del IPSA, entre otros logros.