La Virtualización: el corazón de la estrategia formativa en tiempos de pandemia
La coyuntura ha obligado a desarrollar una serie de medidas innovadoras para conectar con la población participante del proyecto. De acuerdo a ello, el método clave se centró en la virtualización y digitalización del proceso formativo. Así, se capitalizó el uso de herramientas, como los grupos de Whatsapp, plataformas de videoconferencias como Zoom y Google Classroom para promover clases en línea, y plataformas gratuitas para compartir contenidos de formación y seguimiento según cada malla curricular.
“El principal desafío ha sido la conectividad de los jóvenes, así como el aseguramiento que tengan las herramientas necesarias para continuar con la formación virtual, como el acceso a una computadora o a un teléfono inteligente. Sin embargo, ya estamos implementando medidas específicas para acortar esta brecha, como alianzas con el sector público y privado para brindar acceso a internet de manera gratuita y asignación de recursos del programa para la compra de computadoras”, menciona Olga Tinoco, jefa del proyecto.
Un factor importante para garantizar un efecto positivo en el proceso formativo virtual durante la pandemia ha sido el acompañamiento psicosocial. La COVID-19 ha demostrado que la salud mental en tiempos de crisis, confinamiento y recesión económica se muestra particularmente en riesgo por la situación de estrés e incertidumbre latentes. “Se ha establecido una línea de apoyo psicosocial para atender a los jóvenes las 24 horas del día y darles seguimiento o referirlos a centros especializados”, enfatiza Olga Tinoco.
Como resultado, en apenas dos meses se han inscrito más de 200 jóvenes en la nueva modalidad de formación virtual y se han capacitado a 14 instructores, involucrando a 4 centros de formación. Asimismo, ya van sumando 14 las clases creadas mediante las plataformas digitales.
La estrategia de la virtualización de contenidos para los procesos formativos y educativos aparentemente se está volviendo en una respuesta común tras el aislamiento ocasionado por el nuevo coronavirus, de cuyo éxito o fracaso dependerá de cuánto estas propuestas estén siendo dialogadas y validadas con los participantes. Hasta el momento, la virtualización del proyecto ProJoven financiado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y Cooperación - COSUDE, se convierte en una buena práctica a ser replicada y adaptada por iniciativas similares en la región.